miércoles, 15 de abril de 2015

Yo de mayor quiero ser...

Palma está más sucia. Declaraciones contínuas de los miembros de la oposición, fotos de contenedores con más basura fuera, que dentro de los mismos, difusión mediática a través de prensa, facebook, twitter y ya la tenemos: Palma está más sucia. Indiscutible.

Pues no. Lo podrán decir una y mil veces, lo podrán difundir por todos los medios posibles, pero no es así.
Palma, tanto en el centro, como en las barriadas, está más limpia que nunca.

Según el Estudio de Competitividad elaborado por GesHotels entre julio y septiembre de 2014, el 87,4% de los turistas que nos visitan afirman que la limpieza y conservación de las calles y parques de nuestra ciudad cumplían sus expectativas o las superaban.

No lo digo yo, que está claro que tengo una opinión subjetiva, lo dicen casi 9 de cada 10 turistas que vienen a nuestra ciudad y esperan unos mínimos de calidad para disfrutar unos días de descanso. A éstos, la ciudad les parece limpia y bien mantenida.

Al inicio del 2011 EMAYA tenía una deuda reconocida cercana a los 30 millones de euros, y una tesorería en estado comatoso que hizo imposible, entre otras, pagar las nóminas de los trabajadores en tiempo y forma.

¿De qué me suena a mi esto? Igual de la EMT, no sé.

Una gestión más eficiente y responsable de EMAYA era el único camino posible si se quería garantizar la viabilidad de la empresa. Mayor control y racionalización del gasto, ahorro, eficacia y eficiencia. En resumen, una gestión marcada por el rigor presupuestario. Y eso es lo que hizo y sigue haciendo Andrés Garau.

Con estas premisas, se han conseguido en tan solo tres años unos beneficios cercanos a los 10 millones de euros (2013), los más altos de toda la historia de esta empresa municipal.

Andrés Garau ha recuperado la solvencia, ha convertido EMAYA en una empresa equilibrada, moderna, innovadora, solidaria, una empresa que es referente de seriedad, rigurosidad y buenas prácticas. Una empresa capaz, con recursos propios, de acometer toda una serie de inversiones para paliar el déficit histórico que padecen las redes de Palma, las instalaciones y la flota de vehículos. Una empresa de los ciudadanos y para los ciudadanos. Por primera vez, y en un hecho sin precedentes, EMAYA ha reducido las tarifas y ha incrementado las bonificaciones para todos aquellos palmesanos más vulnerables a la crisis.

Andrés Garau ha antepuesto el interés general a cualquier otro, repito, cualquier otro interés.

Sé que mucha gente no ha entendido, o no han querido entender, esta nueva forma de gestionar, estas nuevas formas de hacer política. Pero yo, no solo las entiendo, sino que las comparto y las admiro.
Contra viento y marea, enfrentándose a todo tipo de presiones, Andrés Garau se ha mantenido firme en sus convicciones, firme en su honradez y firme en la introducción de nuevas formas de manejar lo público, lo que es de todos.

Él dice que su etapa en la política acaba en la presente legislatura, pero yo espero y deseo que no sea así.
La administración pública, los partidos políticos, y los ciudadanos, necesitan políticos como Andrés. Es un verdadero dislate prescindir de activos como él.

Claro que, cosas perores hemos visto, y no hace mucho.

Solo espero poder seguir aprendiendo de él, mínimo dos meses, aunque espero que sean muchos más, para así, algún día, parecerme a él.

Porque yo de mayor quiero ser, Andrés Garau.